Noticia: El Dr. Javier Olazarán (Fundación Maria Wolff) en las jornadas sobre Alzheimer de Segovia.
l gerente de la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Segovia, José Manuel Vicente Lozano y la presidenta de AFA Segovia, Isabel Miranda han presentado unas jornadas que en esta ocasión trataron los modelos de atención centrados en la persona.
La enfermedad del Alzheimer (EA) afecta al 5-7% de las personas de más de 65 años. En España más de 600.000 personas están diagnosticadas de esta enfermedad, aunque se estima que el número de afectados puede llegar a 800.000.
La EA es la forma más común de demencia entre las personas mayores, que afecta gravemente la capacidad de una persona para llevar a cabo sus actividades cotidianas. Se trata de una enfermedad degenerativa que afecta a las células cerebrales (neuronas), de aparición lenta, con síntomas que evolucionan a lo largo de los años, y que produce un deterioro progresivo. No se sabe cuáles son las causas de la enfermedad, aunque es más común en edades avanzadas, aumentando el riesgo a medida que la persona envejece.
Gracias a los avances en la investigación de la enfermedad, hoy se conoce más de ella, pero aún el diagnóstico de la EA sigue siendo por estudio de los síntomas de la enfermedad y por exclusión de cualquier otra causa de demencia, no pudiendo establecerse un diagnóstico definitivo en vida.
Participaron en la jornada especialistas en la materia como Ana Isabel Rodríguez Hernández, terapeuta ocupacional en el Centro de Estancias Diurnas para personas mayores de Cruz Roja en Salamanca; que nos habló sobre el proceso de cambio de los equipos profesionales y de los centros de día, María Jesús Goicoetxea, doctora en Derechos Humanos, master en Bioética y profesora de Ética en la Universidad de Deusto; que habló sobre el trato en la atención a las personas en situación de dependencia o con demencia desde una perspectiva ética, y el Dr. Javier Olazarán, neurólogo y director científico de la Fundación María Wolff y especialista en TNF sobre la EA; que relató cómo los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia repercuten en la calidad de vida de la persona enferma y de sus cuidadores.
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