Crece la sensibilidad hacia el empleo abusivo de psicofármacos en ancianos
• Medio: Correo Farmacéutico
• Fecha: 2 junio 2018
La Fundación Maria Wolf y la Confederación Española de Alzheimer promueven la acreditación de los centros sociosanitarios que eliminen sujeciones químicas.
Sujeción química es un concepto que se utiliza para referirse a la administración de psicofármacos para anular la libertad de expresión y movimiento de una persona, en analogía a la sujeción física. En geriatría, y especialmente en el campo de las demencias, está creciendo la sensibilidad hacia las connotaciones éticas de esta práctica, no justificada por razones terapéuticas, y ante las evidencias crecientes de que los antipsicóticos se vinculan a un aumento de la morbimortalidad en el anciano.
Una de las iniciativas que pretende mejorar la práctica clínica en España en la prescripción de psicofármacos en pacientes institucionalizados son los Criterios Chrome para la acreditación de centros libres de sujeciones químicas. De las implicaciones de esta iniciativa, promovida por la Fundación Maria Wolf, versó la intervención de Manuel Martín Carrasco, director médico en la Clínica Psiquiátrica Padre Menni (Pamplona), en una jornada sobre psicogeriatría celebrada en mayo en el Hospital Sagrat Cor de Martorell (Barcelona).
Los Criterios Chrome han sido elaborados por expertos españoles y se publicaron en un 2016 en la revista Psicogeriatría. Hasta la fecha, sólo el Centro Sociosanitario El Pino, en Las Palmas de Gran Canaria, ha logrado la acreditación, aunque otros cinco centros españoles han mostrado interés por adherirse a la iniciativa, explica a CF Martín Carrasco, que es autor y coordinador de auditorías según los Criterios Chrome. “No hay muchos estudios que digan cómo es la situación en España, pero la percepción es que existe un amplio campo de mejora en la prescripción de psicofármacos en ancianos”.
Formación al prescriptor
El experto realiza esta labor de auditoría a través de la Confederación Española de Alzheimer. “La auditoría es la fase final; antes hay una serie de intervenciones destinadas a mejorar la formación del prescriptor y cambiar los protocolos de trabajo”, apunta. Para Martín Carrasco, “no se trata de limitar la capacidad de prescripción de los profesionales sino de que se haga de forma adecuada, tras un diagnóstico, y de considerar otras opciones farmacológicas y no farmacológicas, y con un seguimiento para evitar que se mantenga indefinidamente”.
Uno de los centros interesados en adherirse a los Criterios Chrome es el citado Hospital Sagrat Cor de Martorell. Manel Sánchez Pérez, coordinador de la Unidad de Psicogeriatría y organizador de las jornadas, reconoce que la contención química “es más sutil y mucho más difícil de medir que la física”. Entiende que acreditar un centro como libre de sujeciones químicas no implica prescindir de los psicofármacos, “porque es imposible, pero sí emplearlos de una forma más juiciosa”.
Mundo anglosajón
En el mundo anglosajón, hace mucho más tiempo que se lleva hablando de sujeción química, que es un término que procede del inglés, chemical restraint. Así lo denota la publicación de guías y normativas. De hecho, en Estados Unidos, para administrar determinados psicofármacos a un paciente es necesaria una autorización legal, de igual forma que con las contenciones físicas, señala Sánchez Pérez. Los mayores problemas los generan los antipsicóticos, recuerda, que “son los más utilizados para los problemas conductuales severos de la demencia y porque están cargados de efectos secundarios
Un artículo de Correo Farmacéutico escrito por Naiara Brocal Carrasco
Fundación Maria Wolff